martes, 19 de abril de 2011

¿Qué es la P.N.L.?

Por «programación» se entiende el empleo sistemático de pautas de percepción sensorial. Esto quiere decir: observar sistemáticamente las conductas «expresiones», de los comunicantes, (uno del otro o desde el exterior de la relación), para hallar el verdadero «sentido» de dichas expresiones, implicando todo aquello que o bien no es consciente en la transmisión o bien requiere de una «decodificación» especial.

Conocido es que el ser humano utiliza un «código» (signos/palabras) para transmitir sus mensajes, pero que utiliza también expresiones no codificadas (gestos, miradas, «forma de estar», etc.) que pueden potenciar o modificar el mensaje lingüístico, negarlo incluso. La emisión de dichas expresiones puede ser consciente o no pero, en todo caso, si el receptor es capaz de decodificarlas es seguro que aportan datos complementarios de indudable valor. Por otra parte, incluso la palabra más codificada (si es que podemos hablar en estos términos), es decir: aquel signo cuya decodificación es más universal (todos entendemos lo mismo cuando lo usamos), presupone, en su emisión, una forma, «se dice» de determinada manera, con un tono específico, con una intensidad, etc.; esta forma puede ser también decodificada en nuevas parcelas interpretables.

Estas «parcelas» son precisamente las que se definen con el siguiente término de las siglas P.N.L., con la denominación «neuro». Todo comportamiento es resultado de una serie de procesos neurológicos. Para comprenderlos, decodificarlos oportunamente, es necesario «descomponerlos» y reducirlos a «parcelas» observables, de manera que cada una de ellas pueda tener su significación, pueda aportar un nuevo dato a la interpretación general del mensaje. Una cosa es observar el movimiento de los ojos, otra la posición de las manos, la dirección de la mirada, el tono de la voz, los actos repetidos, etc.; cada «parcela» de la conducta (en el momento de la transmisión/recepción del mensaje), puede ser observada aisladamente y puede recibir la asignación significativa que consideremos oportuna.

Cabe decir en este proceso de «adjudicación» de significados que la posibilidad subjetiva del proceso es muy elevada. Sería pretencioso, y poco práctico, suponer que disponemos del «diccionario» objetivo de la comprensión de estas «mini-conductas »; podemos hallar decodificaciones más o menos universales pero jamás podremos asegurar que estamos en posesión de la realidad objetiva (si es que existe). Éste es un detalle importante para saber que la P.N.L. enseña a decodificar parcelas de la conducta de forma sistemática (más que a decodificar, enseña a «observar» esas parcelas), pero jamás con la pretensión de extraer de ellas verdades inmodificables. Interpretar es siempre un proceso subjetivo y ello debe ser entendido plenamente para evitar problemas.

Finalmente, el término «lingüística» supone que es la lengua, la expresión a través de signos, la que ordena y representa los procesos nerviosos que expresamos. El concepto de «lengua», («lingüístico»), debe ser entendido como el conjunto de posibilidades de expresión, no únicamente como una lengua concreta, como un «idioma». Las experiencias internas y externas son asimiladas en nuestra mente, son interpretadas por ella y son «expulsadas» (valga la palabra para decir que son «exteriorizadas») a través de expresiones lingüísticas, comunicativas, que tienen, forzosamente, la «forma» de una determinada conducta.


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